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Qué es la facilitación

La facilitación es el arte de hacer las cosas fáciles. Para esto es necesario incorporar a una persona o equipo facilitador que apoye a los grupos a ser más conscientes en cada momento.

Desde el equipo de la facilitación cuidamos tres aspectos básicos en los grupos:

- El desarrollo satisfactorio de sus objetivos a corto y/o largo plazo:

Facilitamos el diseño e implementación de las estructuras que pueden necesitar, como la visión y la misión si no estuvieran claras, la gobernanza, los espacios de tomas de decisiones, planes estratégicos, objetivos a corto plazo...

- El bienestar de las personas:

Por medio de la gestión emocional y de conflictos damos voz a nuestros sentimientos, así como a los malestares e incomodidades presentes. Explorar estos espacios nos da información muy valiosa para diseñar los siguientes pasos con más soltura y permitir crear un ambiente de confianza y seguridad.

-  La coherencia con los procesos profundos de los grupos:

Les acompañamos a tener una visión global de quién son, a encontrarse a sí mismos. Entender profundamente quiénes somos como grupo y cómo realizamos las cosas nos ayuda a sostener nuestro propósito y no perder la coherencia con el paso del tiempo.

Para qué sirve

Mejora de la calidad de los procesos grupales

Ahorro de tiempo en términos de eficiencia de los procesos

Prevención y transformación de conflictos

Replanteamiento de las formas de organización del grupo

Fomento de la participación y el compromiso de las personas involucradas

A quién va dirigida

Personas, grupos, colectivos y organizaciones

Cada día, los grupos de personas se desenvuelven en situaciones y entornos complejos. A veces, empleando las herramientas y competencias que poseen, logran tener un funcionamiento satisfactorio. Otras veces, necesitan apoyo para aprender y mejorar en relación a sus procesos de trabajo, de comunicación, de toma de decisiones, etc. Ese apoyo lo puede brindar la facilitación.

La facilitación puede intervenir a varias escalas, desde un equipo de trabajo o un departamento, a una red de organizaciones (plataforma, grupo cooperativo, etc.), pasando por una gran diversidad de organizaciones de diferentes tamaños, sectores, complejidad, etc., tales como una asociación, fundación, colectivo sin figura jurídica, sociedad mercantil, empresa de la economía social y solidaria, universidad o centro/equipo de investigación, parte de la administración pública o un actor político...

Lo que comparten todos ellos es la voluntad de conseguir resultados satisfactorios con unos procesos claros y eficaces y que cuidan a las personas.

La facilitación también puede aportar mucho valor cuando se organizan eventos (encuentros, talleres, jornadas...) o procesos ciudadanos donde participen diferentes actores sociales y se pretenda generar un espacio donde todas las voces sean escuchadas, donde se pueda conectar con la sabiduría colectiva y generar procesos y resultados construidos colectivamente, de una manera eficaz.

Cuándo puedes necesitarla

Puedes incorporar la facilitación en el día a día de las organizaciones o equipos en los que estés, como forma de mejorar las reuniones, el funcionamiento de la organización y la gobernanza, de alcanzar los objetivos cuidando a las personas y los procesos, de gestionar tensiones y conflictos, de cohesionar al equipo y/o de dar espacio a la creatividad y sabiduría grupal como forma de responder a los retos.

También hay momentos difíciles en los que la facilitación puede ser la respuesta para encontrar nuevas formas de gestionar la dificultad. Por ejemplo, cuando hay conflictos y se necesita generar un marco para transformarlos.

Otras veces la facilitación se requiere en momentos clave: para construir la visión y misión, la planificación estratégica, para la toma de decisiones importantes, para construir un nuevo marco de trabajo (por ejemplo, cuando hay muchas incorporaciones y/o salidas, cuando se unen varios grupos u organizaciones para una colaboración o formar algo nuevo, etc.).