“Ulises” (José Luis Escorihuela), Facilitador

El proceso de formación del individuo moderno, que ha consolidado una serie de derechos fundamentales del individuo garantizados por el Estado democrático, tiene como contrapartida la dificultad para satisfacer ciertas necesidades básicas antaño procuradas en la familia extensa y la comunidad.

Sin olvidar sus derechos y con un claro rechazo por toda forma de abuso y opresión, el individuo moderno busca de nuevo la comunidad —visible en la proliferación de asociaciones y grupos de intereses, en empresas organizadas cooperativamente y en el auge de la pequeña comunidad local—, sin más bagaje que su recién adquirida cultura democrática y su buena voluntad. Falto de los conocimientos necesarios, las tensiones y los conflictos surgen por doquier, haciendo fracasar muchos proyectos cooperativos o comunitarios. El conocimiento de los procesos grupales y de las dinámicas subyacentes a todo realidad grupal, especialmente en situaciones invisibles de abuso o en el uso del liderazgo, y el aprendizaje de habilidades y técnicas que ayuden a mejorar la comunicación, intervenir eficientemente en caso de conflicto, tomar decisiones que todos pueden apoyar y, en última instancia, invocar el espíritu grupal y hacerlo manifiesto a través de estructuras y acciones que conduzcan realmente al grupo a la realización de sus objetivos y visión, son algunos de los aspectos que trata la facilitación de grupos, en su función de crear comunidad y profundizar en la democracia.